REINA DE HIELO. CAPÍTULO 92. Una apuesta mayor
REINA DE HIELO. CAPÍTULO 92. Una apuesta mayor
La oscuridad es brusca, total, como si alguien hubiera arrancado de cuajo la noche y la hubiera soltado dentro del salón.
No hay ni un segundo para gritar: una mano me sujeta del codo y algo duro —muy claramente el cañón de una pistola— se clava en mi espalda.
—Camina —susurra detrás de mí la voz de un hombre, y no tengo que ser demasiado inteligente para saber quién es.
Camino, claro que camino. El tacón se me clava en la alfombra con cada paso y aun así cuento mentalmente: tres pasillos, una esquina, puerta de servicio; huelo cloro, cable nuevo, concreto húmedo. Estamos bajando una escalera de incendios mal iluminada —las luces de emergencia parpadean rojo—blanco, rojo—blanco— y mi captor resopla como un corredor sin entrenamiento. ¡Maldito gordo alcohólico de vida disipada! ¡Viktor te va a cobrar esta muy cara!
Bajamos al segundo subnivel y el aire cambia: más frío, olor a pintura sin secar. La mayor parte del edificio está en remodela