REINA DE HIELO. CAPÍTULO 46. Una caja de seguridad
REINA DE HIELO. CAPÍTULO 46. Una caja de seguridad
—Ya era hora de que lo entendieras. —Es mi único susurro y nos reímos despacio, pegados piel con piel, sudor con sudor.
Afuera, en el pasillo, no se escucha nada, nadie, solo la tenue luz del monitor parpadeando como si supiera nuestro secreto.
Me acomodo sobre su pecho con la poca ropa que me queda, y él me acaricia la espalda con movimientos lentos, casi hipnóticos. No dice nada y yo tampoco, no hace falta; porque tengo la extraña sensación de que cada uno por fin ha encontrado su lugar en el mundo, como dos piezas de un rompecabezas que por fin se encontraran.
—Esto es una locura —sonrío, jugando con un mechón de su cabello.
—Totalmente —responde—. Y lo haré mil veces más.
Me separo apenas para mirarlo a los ojos.
—¿No se supone que eres un hombre frío, distante y racional? ¿Cómo se te ocurre que follar en un laboratorio es ser un buen CEO?
—Pues eso era antes de que una lunática entrara a mi empresa y me desordenara la vida —conte