Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl silencio del château se extendía como un manto espeso cuando Liam abandonó su habitación. Las dos de la madrugada marcaba el reloj del pasillo, sus números digitales proyectando una luz verdosa sobre el papel tapiz floral que Valentina había mencionado pertenecía a su abuela. Sus pies descalzos encontraron las baldosas frías de la cocina, donde la luz de la luna se filtraba a través de las ventanas emplomadas, creando patrones geométricos sobre las superficies de mármol.
No esperaba encontrarla allí.
Danna estaba sentada junto a la mesa de roble, las manos envueltas alrededor de una taza humeante. Su perfil se recortaba contra la ventana, el cabello recogido en una trenza descuidada que dejaba al descubierto la línea delicada de su cuello. Llevaba uno de sus camisones de algodón, el vientre prominente creando una curva suave bajo la tela clara.
—No puedo dor







