Mundo ficciónIniciar sesiónLa noche llegó envuelta en una necesidad desesperada de normalidad que todos sabían era imposible pero perseguían de todas formas. El sistema de turnos había sido resucitado no porque tuviera sentido sino porque era rutina. Y rutina significaba que todavía había estructura. Que todavía había reglas en mundo donde las reglas se habían vuelto sugerencias que nadie seguía.
Martes. Turno de Stephano.
Él había preparado cena con concentración que rayaba en obsesión. Danna lo había observado desde el umbral de la cocina mientras cocinaba. Sus manos se movían con precisión que hablaba de años de práctica. Pasta fresca hecha desde cero. Salsa de tomate que había estado cocinándose durante horas. Pan que había amasado esa tarde mientras todos pretendían no escuchar a Dann







