Mundo ficciónIniciar sesiónLa pesadilla llegó a las tres de la madrugada como visitante no invitado que conocía el camino. Liam había aprendido a reconocer el peso específico de este sueño. El olor a sangre que su cerebro recreaba con precisión enfermiza. El sonido de última respiración raspando en garganta que ya no funcionaba.
Elena estaba en sus brazos otra vez. Como había estado hace años en ese callejón de Madrid. Su sangre empapando su camisa. Sus ojos mirándolo sin ver realmente. Labios moviéndose formando palabras que nunca llegaron a convertirse en sonido.
Él hacía RCP. Sus manos bombeando sobre su pecho una y otra vez. Once minutos. Había contado cada segundo. Once minutos tra







