Ares Miller.
—General… —miré cómo Collins se echó hacia atrás al abrir la puerta, y después de mirarme a mí, completamente pálido, observó a Anthony, que lo agarró del cuello y lo metió a la casa donde se encontraba.
—Siéntate… y solo responde… —Lo sentó de golpe, mientras él dejó caer sus muletas y su rostro hizo un gesto de dolor.
—Capitán… yo…
Tomé una silla, y la puse frente a él, mientras Anthony golpeaba su hombro.
—Cállate y escucha…
—Vamos a hablar un rato… pero antes… —le asomé el dedo—. Tienes una esposa… estás recién casado… una madre en Texas, y un padre enfermo…
El teniente Collins asintió temblando.
—Sí… el coronel sabe todo de mí… él sabe que…
Chasqueé la lengua negando todas las veces.
—No… no sabe un coñ* todo de ti. Confió en ti porque traías grandes aspiraciones, pero no sabe todo de ti, porque lo traicionaste… —el teniente Collins miró a Anthony y negó.
—Yo… no… señor, yo no lo traicioné, debe escucharme…
—¿Por qué hay datos falsos en el expediente de Rausing? —Col