Mundo ficciónIniciar sesiónEl campamento estaba demasiado silencioso.
Todos sabían. Mañana llegaba Selene. Mañana probablemente moriríamos. Los diecisiete lobos dormían inquietos. O pretendían dormir. Nadie quería admitir el miedo.
Yo no podía ni pretender.
La marca ardía. Selene despierta, esperando, saboreando mi terror.
Me levanté. Caminé entre las tiendas hasta encontrar la de Kieran.
Él estaba despierto. Obviamente. Probablemente no había dormido en días.







