Alejandra Marie Costa
Abro mis ojos un poco desconcertada miro a mi alrededor haciendo memoria de dónde me encuentro entre mi confusión siento la cálida respiración de alguien a mi lado.
Por un momento me quedo petrificada esperando hasta que su voz llega a mi oído como la más hermosa de las melodías.
—¿Cómo te sientes mi niña? —Dice posando sus labios sobre mi frente
—Me siento mejor creo que solo se trataba de un caso de virus gripal solo necesito descansar —Luego, recuerdo que debo regresar a casa de Jonathan miro hacia el reloj
El reloj marca la 6 am ¡No puede ser!
—¿Qué sucede Alex? —Pregunta Richard notando mi tensión.
—No llegue a casa
—Mi amor no te preocupes, tranquila —Trata de calmarme.
—No, Richard, no entiendes tendré problemas por quedarme fuera ¡Dios! ¿Qué hago a hora?
-—Nada, escúchame, mi amor Lina, hablo con Jonathan aviso que estás enferma y te quedarías en los dormitorios —Oh, digo cubriendo mi boca —Así, que no tendrás ningún problema.
—Seguro que Jonath