Capítulo 47

Keith se puso un traje negro de corte impecable. Cada movimiento al anudarse la corbata de seda era preciso, y el dolor sordo en sus nudillos le recordaba la pared de mármol que había golpeado en un arrebato de deseo reprimido, un dolor que podía justificar. Su rostro, frío y cincelado, reflejaba la calma de un depredador paciente, esperando el momento perfecto para captar la atención de Elara esa mañana, como solía suceder en cada desayuno.

Una vez que terminó de arreglarse, su figura alta y sombría descendió por la gran escalera principal. Al llegar al amplio y luminoso comedor, donde la luz del sol matutino se filtraba a través de los ventanales, llenando el espacio con un resplandor dorado, se dio cuenta de que había llegado bastante temprano; el lugar estaba vacío, solo interrumpido por el silencio que a veces era roto por el murmullo lejano de la cocina. El aire estaba impregnado del aroma de café tostado y pan recién horneado.

Keith se dirigió a su asiento habitual y se sentó,
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP