Ya había pasado una semana desde que Gaby se había infiltrado en el club Zeus como stripper. Ya había pasado una semana que no iba a la estación de policía, ni hacia lo que habitualmente hacía para que su identidad no sea descubierta. Por lo que le pasaba el informe todos los días a su jefe por correo. Lo que eso significa que ya había pasado una semana que no había visto a Alba, ni siquiera la había escuchado. Pero eso no significaba que no pensara en ella. Lo hacía. Pensaba en ella todos los malditos días, había estado tentado en ir y ver si estaba en el gimnasio, pero se había abstenido de hacerlo, no quería caer de nuevo en la tentación. No sabía si después de tenerla tan cerca la otra noche y haber sentido su cuerpo, como reaccionaba junto al de él y haber sentido su olor, iba poder contenerse a devorar esa pecaminosa boca. Su aroma, su calor corporal, su respiración, esos grandes ojos celestes, lo atormentaron toda la semana. Se sentía con una mezcla de furia, irá, deseo y anhel