Liberada Cap 13

Al volver a entrar, encontró a Andy cerrando el libro. Él se levantó con calma, y con un suave gesto de su mano hizo que una luz flotante iluminara el centro de la casa. Se acercó a ella con esa sonrisa maliciosa que la ponía nerviosa.

—¿Ya analizó mi propuesta? — Preguntó, con voz suave pero firme— Quiero irme a descansar, pero no lo haré hasta que me dé una respuesta positiva —

—Es perder mi tiempo — Respondió ella, sin levantar la vista— Y la verdad no quiero saber nada del clan.

Sujhan sacó el caldo de verduras y se sirvió en un plato. Se sentó a comer despacio, intentando ignorar su presencia.

—Entonces me quedaré — Dijo Andy con naturalidad.

Sin esperar invitación, tomó un plato, se sirvió comida y se sentó frente a ella, como si fuera su casa.

—¡Oye! — Exclamó Sujhan, levantando la mirada con molestia— No tengo muchas verduras y gracias a usted debo esperar a que lo sembrado crezca naturalmente —

—Ya eso te lo resolví — Replicó Andy con calma, apoyando los codos en la mesa— Entonces háblame de ti… ¿Siempre has sido así de grosera e insoportable? —

—Andy, sí lo soy, ¿satisfecho? — Respondió ella con una chispa de furia en la mirada— Y si tanto te incomoda, te puedes ir. Yo no te obligo a estar aquí. Ya te disculpaste, te dejé arreglar la casa e incluso hacer lo que quisieras —

La frustración se notaba en su voz, las palabras le salían entrecortadas por el enojo.

Ese tono hizo que Andy frunciera el ceño. Se le endureció la mirada —Solamente quiero ayudarte, malagradecida. Quiero que comprendas mejor el clan —Dijo él, su voz sonaba menos paciente, más herida.

—No quiero. Odio a todos los del clan — Gritó Sujhan, poniéndose de pie— ¡Únicamente desgracias he pasado desde que le arrebataron la vida a papá! ¿Tan difícil es entender que solo quiero paz? Quiero desaparecer, que nadie me recuerde… ¡Como si no existiera! —

Las últimas palabras se quebraron en su garganta. Tomó aire, pero ya no quiso seguir hablando. Con pasos rápidos salió de la casa, dejándolo solo.

El aire fresco de la noche le golpeó el rostro. Caminó sin rumbo hasta llegar al río y, sin pensarlo, se sentó sobre una piedra enorme. Se dejó caer de espaldas, estirando los brazos, con los pies apenas rozando el agua fría. Cerró los ojos. El murmullo del río la envolvió como un susurro, intentando calmar la tormenta que tenía dentro.

Sujhan miraba la luna mientras respiraba profundo, intentando calmar la frustración que la consumía. El cielo comenzaba a teñirse de tonos anaranjados y celestes, y poco a poco la luz se apagaba suavemente.

—Cuando conviene, se vale llorar — Susurró para sí misma. Al ver llegar a Andy, solo suspiro —No quiero molestar a nadie — Dijo finalmente, con voz quebrada— Andy, ¿De verdad no lo puedes comprender? Esto me duele… y no quiero tratar más nada que tenga que ver con el Clan, los hechiceros y todas esas cosas —

Se sentó en la orilla, cruzando los brazos, con el ceño fruncido y los ojos brillantes de enojo contenido.

—Comprendo que has pasado por una situación difícil — Respondió Andy, sentándose a su lado con cuidado— Que te han arrebatado cosas importantes, que estás cansada y asustada… incluso que quisieras apagar el mundo con un solo dedo. Sé que sientes que te has equivocado en cada paso de tu vida. Y quiero que sepas que te entiendo —

Hizo una pausa, dejando que sus palabras calaran lentamente — Pero no puedes darte por vencida. Esconderse no es la solución. Déjame ayudarte a ser tu final y tu comienzo a la vez. No todos somos malos ni queremos hacerte daño. Es importante que sepas cómo defenderte, porque no sé cuánto tardarán en encontrarte quienes te buscan, y tampoco sé cuánto podré protegerte —

Sujhan bajó la mirada, incapaz de mirarlo directamente. Su respiración era irregular, pero algo en la serenidad de Andy la mantenía en calma.

—¿Por qué quieres ayudarme? — Preguntó, con un hilo de voz— ¿Arriesgarte por alguien que ni siquiera conoces? —

—Porque eres importante — Dijo él con firmeza— En ti corre la sangre de la hechicera matriarcal, de la familia principal. Estoy seguro de que tu padre odiaría verte derrotada—

—No sé qué hacer — Admitió Sujhan, con los hombros caídos— Me siento perdida, sin rumbo… en todo lo que veo hay disolución. Espera… ¿cómo sabes que soy la heredera?—

—Hoy es un buen día para empezar — Respondió Andy con suavidad— Para dejar todo atrás, hacer borrón y cuenta nueva. Todos hemos tenido que empezar de cero alguna vez. Como en una montaña rusa, todos hemos pasado por dolor, frustración y miedo. Tirar los rencores, olvidar… y seguir adelante. Muchos nos arrebataron nuestra magia injustamente, pero no nos detuvimos. Nos levantamos, decidimos vivir y disfrutar de cada día que amanecemos —

Sujhan no respondió. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas mientras la tensión contenida durante años empezaba a ceder. Finalmente, permitió que el llanto saliera, liberando frustración, miedo e injusticia que había guardado durante tanto tiempo.

Andy la abrazó con cuidado, aferrándose a ella como un náufrago a su salvavidas. La sostuvo, firme pero tierno, dejándola derramar su dolor sin prisas. Se quedó allí, esperando a que ella terminara su propia guerra mental, dejando que bajara la bandera de su orgullo y agotamiento.

Cuando Sujhan finalmente se calmó, quedó dormida en sus brazos. Andy la observaba con una mezcla de ternura y preocupación; era cálida, delicada y frágil, como un espejo roto que aún podía reflejar belleza.

—Andy, ¿En qué piensas? — Preguntó Melany suavemente desde la distancia, preocupada por la joven herida— Duele verla así —

—Quisiera que nada le lastimara — Respondió él— Que el mundo no fuera tan cruel, que no tuviera que llorar en las noches. Quisiera poder juntar los pedazos de su corazón cada vez que se rompa. Es demasiado importante para mí. Pero lo más importante es ayudarla a salir adelante, a luchar y no quedarse escondida, temiendo a todos y a todo—

—Es muy bella… y me resulta extraño que su hermano nunca se haya dado la oportunidad de amarla — Dijo Melany.

—Tampoco lo entiendo — Murmuró Andy, acariciando el cabello de Sujhan— Será mejor que la lleve a un lugar seguro —

Con cuidado la levantó y la llevó a la casa. La acomodó en la cama, cubriéndola con las mantas mientras la observaba, acariciando suavemente su cabello. Era hermosa y vulnerable, y aún se preguntaba cómo era posible que su propio hermano nunca se hubiera acercado a ella de esa manera. Al tenerla tan cerca, notó la marca en su hombro derecho y la tocó con delicadeza.

Sujhan, sintiendo el contacto, abrió lentamente los ojos.

—¿Qué haces? — Preguntó Sujhan, aún somnolienta y sorprendida al verlo junto a su cama.

—No quise despertarte — Respondió Andy con suavidad— Solo quería cubrirte con la sábana. Descansa tranquila, y nos vemos luego… ya no llores —

Con delicadeza, levantó su barbilla con la mano para que lo mirara. Su sonrisa era cautivadora, y al guiñarle un ojo, se inclinó un poco más cerca. El gesto fue sutil, pero lo suficiente para que Sujhan sintiera un cosquilleo extraño en el pecho cuando le dio un leve beso en la mejilla.

Sujhan se sintió desarmada por su cercanía. Sus mejillas y orejas se tornaron rojas, y rápidamente acomodó las cobijas, tratando casi de ocultarse de él.

—Gracias — Murmuró, con un hilo de voz.

—Es un gusto — Dijo Andy, incorporándose con calma— Eres muy hermosa. Y recuerda… ya no pienses en lo que has perdido. Buenas noches —

Abrió un portal y se despidió, regresando a su mansión. Sujhan permaneció mirando cómo desaparecía, debatiéndose internamente. ¿Debería ignorar lo que Andy le proponía o realmente intentar aprender? Su triste realidad le recordaba que ya no poseía magia, pero también sabía que había leyes y un orden que todos debían conocer.

Pasaron las horas, y finalmente se quedó dormida. Sus sueños la llevaron a un lugar extraño; Un espacio oscuro y frío que se extendía hasta donde su vista alcanzaba.

Pris

¿A qué costo Sujhan debe prepararse?, ¿Será que puede enfrentar su pasado que la persigue aún?

| Gosto
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