El resto de la madrugada Carmen no durmió, se la pasó dando vueltas en su cama y caminando por su habitación, pensando en lo que debía y en lo que podía hacer.
Por años, le mintieron, la denigraron, la trataron de sirvienta, la insultaron, por años ella lo soportó todo de los Hidalgo, agradecida de que la hubieran salvado de un orfanato, cuando en realidad la estaban utilizando y Marcus, no se salvaba de entre esa familia, pues era obvio que con el matrimonio, él también pretendía utilizarla.
Pero eso se iba a acabar, Carmen, no seguiría siendo el juguete o la marioneta de nadie, porque finalmente ella iba un paso delante de los demás ahora que había descubierto la verdad y que nadie lo sabía.
Lo más difícil y lo que le tomó más días en solucionar a Carmen, fue escapar del chófer y de los escoltas que Marcus le había puesto, supuestamente, para evitar que Bastián se la llevara de nuevo.
Pero ahora que Marcus estaba tan ocupado buscando la manera de entrar en la mansión de Bastián