Bastián volvió en sí de sus recuerdos, inhalando profundo al evocar esa sensación, ese miedo que sintió al escuchar por primera vez sobre la mafia.
Era joven e ingenuo, por lo que, en ese entonces, Bastián no sabía absolutamente nada sobre la realidad de su familia.
Como todos, él siempre pensó que la gran familia Hidalgo, a la que pertenecía, eran respetables empresarios, pero a partir de ese día, Bastián tuvo que aprender a los golpes que había otra realidad escondida tras las sombras de su prominente familia.
Luego de tomar un largo trago directo de la botella de whisky, Bastián volvió a caer en otro recuerdo.
*Flashback*
— Padre… ¿Qué haces? — Preguntó Bastián, cansado, con los brazos encadenados por encima de la cabeza, con unos grilletes. — Por favor, padre, déjame ir… Yo… Yo no soy esto, yo no nací para esto…
— Esto es bueno para ti, Bastián, y espero que algún día entiendas que no lo hago por hacerte una maldad, castigarte o por querer hacerte sufrir, esto me duele más a