La adrenalina: esa hormona que segregan las glándulas suprarrenales y que incrementa la presión arterial, acelera el ritmo cardíaco, eleva la glucosa en la sangre y dispara el metabolismo. Eso te dirá Google si lo consultas.
Pero nadie te advierte que puede sentirse como fuego desatado en un bosque seco. Nadie te cuenta que puede poseerte con la furia de una tormenta eléctrica, desde las entrañas hasta las sienes, al punto de querer gritar, arrancarte el alma por la boca… o los cabellos, literalmente.
Eso sentí cuando inició la carrera y vi que era el turno de Gabriel.
Todo se volvió cámara lenta.
Desde las pantallas gigantes pude verlo montarse con decisión en su bicicleta de montaña. Apenas comenzó a pedalear, la adrenalina me atravesó como un rayo: brutal, imparable.
⸻
El narrador oficial arrancó su discurso con voz ampulosa, ensalzando al primer participante. Aarón, Verónica y yo nos concentramos en cada uno de sus movimientos. En mi caso, era una novata total, y todo me resultaba