ELAXI
Un escalofrío recorre mi espina dorsal en cuanto el abogado pide hablar conmigo a solas. Ozzian, al principio, se niega a dejarme sola, pero lo convenzo. Me remuevo incómoda en el asiento mientras observo que busca algo en una enorme carpeta de cuero negro.
—El testamento que le leí hace unas semanas es el real, pero hay otro, o, mejor dicho, uno con una cláusula que debía cumplirse.
Tenso el cuerpo.
—Como sabe, la última voluntad de su padre fue que usted se casara con el joven Gael Turner, para que pudiera tener acceso a toda la fortuna. Su padre siempre se preocupó porque no se quedara sola y todo lo que hizo fue pensando en su bien. Quiero que eso le quede claro.
—Lo sé.
—Bien, llegados a este punto, tiene que saber que, si usted se niega a casarse con Gael Turner, entonces perderá todo, incluyendo los derechos de la empresa, todo por lo que su padre luchó. ¿Está dispuesta a dejar todo eso por ese chico?
Asiento lento.
—Tiene que estar segura. Además, ese chico es pobre. Per