El restaurante Bella Notte resplandecía bajo la luz tenue de las arañas de cristal. Valeria ajustó el escote de su vestido negro mientras observaba la escena que se desarrollaba frente a ella. La modelo italiana, Alessandra Ricci, se inclinaba hacia Enzo con cada frase, exhibiendo un escote que parecía diseñado específicamente para hipnotizar a cualquier hombre con pulso.
—Y entonces, *caro mio*, le dije al director que no trabajaría en esas condiciones —Alessandra soltó una risa melodiosa mientras colocaba su mano sobre el antebrazo de Enzo—. Tú me entiendes, ¿verdad? Un hombre de negocios como tú sabe lo que es tener estándares.
Valeria clavó el tenedor en su ravioli con más fuerza de la necesaria. La cena de negocios se había convertido en un espectáculo de seducción unilateral. Alessandra, la nueva imagen de la l&iac