Enzo hizo la llamada a las nueve de la mañana. Domingo. Día que debieron estar despertando en villa de Mallorca con resaca de champán y sexo maratónico.
En lugar, estaban en su apartamento fortificado, bebiendo café frío, rodeados de evidencia de acosador omnipresente.
—Daniela Ruiz. Ex-Interpol. La mejor. —Enzo terminaba conversación—. Estará aquí en una hora.
Valeria miraba foto de boda que policía dejó como evidencia fotografiada. Original confiscado. Línea roja cruzando cara de Enzo grabada en su memoria.
—¿Confías en ella?
—Trabajó caso de Alessandro hace dos años. Casi lo captura entonces. Si alguien puede rastrear fantasmas, es ella.
—Alessandro eventualmente nos encontró de todos modos.
—Porque dejamos de buscar. Esta vez no paramos hasta identificar a "-F." —Enzo se sentó junto a ella—. Y cuando lo hagamos, no habrá arresto. No habrá juicio. No habrá segunda oportunidad.
Valeria lo miró:
—¿Estás hablando de asesinato?
—Estoy hablando de protección permanente. Si eso requiere e