El vuelo de regreso a Madrid fue silencio tenso interrumpido solo por turbulencias ocasionales. Valeria miraba por la ventana sin ver realmente nada. Su mente reproducía la voz distorsionada una y otra vez.
"Alguien cercano. Alguien que conoces."
Enzo trabajaba en su laptop, escribiendo furiosamente. Cuando finalmente cerró la pantalla, se giró hacia ella.
—Hice una lista. Todos los que han tenido acceso a información privilegiada en los últimos seis meses.
Le mostró su pantalla. Treinta y dos nombres.
—Es demasiada gente —dijo Valeria.
—Lo sé. Pero es punto de partida. Necesitamos reducirla a quien sea que esté trabajando contra ti.
Aterrizaron en Madrid a las nueve de la mañana. Carmen y Lucía las esperaban en el taller, junto con Gabriel y tres de las costureras veteranas. Todos se veían agotados. Nadie había dormido apropiadamente en días.
Valeria convocó reunión de emergencia en su oficina. Nueve personas apretadas en espacio diseñado para cuatro. La tensión era palpable.
—Necesit