Mundo de ficçãoIniciar sessãoLa tarde había transcurrido en una burbuja de intimidad restaurada. Enzo y Valeria habían pasado las últimas horas en el taller, trabajando lado a lado en sus respectivos proyectos. Él revisaba contratos en su laptop mientras ella ajustaba patrones, pero cada pocos minutos sus miradas se encontraban, seguidas de sonrisas cómplices que hablaban de una conexión recién renovada.
Era casi perfecto. Demasiado perfecto.
El timbre del taller sonó con un eco metálico que rompió la tranquilidad. Valeria levantó la vista, frunciendo el ceño.
—No espero a nadie —murmuró, dejando las tijeras sobre la mesa.
—Yo voy —se ofreció Enzo, poni&eacut







