Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl Café Lucerne resultó ser una trampa vacía. Valeria había esperado durante veinte minutos en la mesa del fondo, mirando cada rostro que entraba, cada sombra que se movía. Nadie se acercó. Nadie reclamó ser la misteriosa informante. Solo silencio y miradas curiosas de los otros clientes que la observaban esperar en vano.
Cuando finalmente aceptó que había sido engañada, la furia y la frustración la consumieron. Salió del café con pasos furiosos, sin saber si el mensaje había sido una broma cruel o parte de un juego más elaborado. Lo único que sabía con certeza era que había huido de Alejandro como una cobarde, y ahora él tendría preguntas que ella no estaba lista para responder.
Su teléfono vibr&oacut







