Ni siquiera sé lo que sucede, algo se apodera en mí y yo golpeo al hombre contra la pared mientras unos hombres corren intentando alejarme de este bastardo. Justo cuando creo que son sus tontos seguidores, me sorprendo porque son los hombres lobos de mi manada.
— Jefe, no puede estar haciendo eso, debe marcharse. — Si quieren que me marche te recomiendo que revisen todo a su alrededor, necesito que encuentren a mi mujer. — No comprendo… — ¡Encontré a mi pareja, así que, búsquenla! Sus olfatos están buenos, si quieren que me marche de aquí, díganme algo de mi mujer. — digo con enojo. ‘¿Cómo pudiste ser tan tonto de no traer a uno de tus lobos? Quizás ellos si encontrarán el rastro de nuestra pareja destinada.’ Me dice mi parte lobo como si él lo hubiese sugerido. Los lobos entienden que no estoy bromeando y por eso, se marchan mientras otros se llevan a los hombres aturdidos y al idiota inconsciente para que no sean una molestia. — No me diga que usted es el nuevo líder de la guerrilla. — dice el anciano que no se atreve a mirarme seriamente. — ¿Disculpe? — Se acaba de meter en un gran problema, el hombre que ha dejado inconsciente es el líder de los paramilitares y solo alguien de la guerrilla se atrevería a enfrentarlo así, debo esconderme, habrá fuego cruzado pronto. — Un momento, yo no soy lo que sea que menciona, lo que vine aquí a hacer fue a saber de la mujer que parece ser interesante para ese idiota. — Ella está muerte y sus padres también, por favor, no la busque más. — dice el hombre entrando a la casa como si estuviera por morir. ¿Muerta? No, no puede ser posible, mi corazón me lo diría, tengo dañado mi olfato, pero, no mi vinculo y pude verlo, estamos conectado y esa conexión aún se mantiene, ella no está muerta, lo sabría. Sin embargo, no puedo presionarlos para que me digan lo que parecen aferrados a ocultar. ‘Justo ahora están actuando como buenos vecinos.’ Se burla mi parte lobo. Camino en busca de un rastro invisible de ella, porque no sé si ella se marchó o está oculta, sin embargo, las miradas decepcionadas de mis lobos me dicen que no han encontrado algo que les diga donde se encuentra. — ¿Hay algún rastro que nos ayude a encontrarla? — Ni siquiera hay una sola fotografía, lo siento. Parece que empacaron todo corriendo y se marcharon, sin intenciones de volver. — M****a, eso no puede ser posible. — digo corriendo hacia donde ella se encuentra. Sin embargo, por mucho que busqué por el lugar, lo que no encontraron mis lobos con su olfato perfecto, yo no pude obtenerlo y eso me hace marcharme enojado debido a mi incompetencia. Ni siquiera me esfuerzo por llegar a mi casa, porque no tengo nada que hablar con mi padre en especial cuando va a regañarme por lo que he hecho y poco me interesa explicar. Por eso, llamo al idiota de mi primo y con un solo mensaje ordeno que me encuentre a una mujer que ni siquiera recuerdo como es. ‘Dime que recuerdas de ella Dukki.’ Le digo a mi parte lobo. ‘Es bonita, sus ojos son azules y es pequeña.’ Me dice él y yo espero más, pero, es lo único que tiene por decirme. Sin duda, estoy jodido: no puedo percibir aromas, ella no es mujer lobo para llamarla por nuestro canal único de especie, no recuerdo su rostro perfectamente y lo peor es que al parecer empacó todo para no permitir que alguien de aquí la encuentre. ‘Estoy jodido.’ Me digo mentalmente. — Jefe, no se marche, tiene una reunión con la mujer que será su prometida. — dice uno de mis lobos. Pero, yo no tengo tiempo para perder y por eso, corro hacia la pista donde se encuentra mi avioneta y yo misma la piloteo, porque no estoy para esperar soluciones de alguien más, necesito encontrar a mi pareja destinada. — Esto es culpa de esa manada de m****a. — digo con molestia. Si la ineptitud de mi manada no me hubiese obligado a ir, no la habría dejado sola y aunque si quiero que se calme, no me interesa dejarla sola, no puedo alejarla de mí cuando soy un alfa con problemas que me impiden identificar el aroma de su propia pareja destinada. ‘La encontraremos, confía en que la diosa Luna nos ayudará con esta tarea.’ Me dice Dukki, pero, no puedo ser tan positiva. Me detengo en mi ciudad, rumbo a la empresa se seguridad virtual que lidero solo para encontrar un rastro de mi pareja destinada, sin embargo, al ser una finca sin cámaras de seguridad y teléfonos que no son inteligentes, todo se complica. — Jefe… — Búscame cualquier información de mujeres de esta región que tengan entre veinte y treinta años. — ¿Es una investigación de…? — Solo hazlo. — ordeno a mi empleado. No sé cuántas horas pasan, pero, cuando llega la información, yo tomo los nombres y con sus rostros busco su ubicación implorando que entre ellas se encuentre mi pareja destinada. — Voy a encontrarte, han pasado muchos años y encontrarte no ha sido fácil. — digo determinado mientras me llaman quizás por orden de mi padre, una que no pienso cumplir. El desespero me invade y no es para menos, tengo defectos y me siento incompleto porque mi complemento, la mujer que tanto he anhelado encontrar, se me ha escapado. ‘Creo que deberías tomar una placa o algo así a la mordida que te hizo.’ Dice Dukki y yo me enojo porque ya no tengo marcas de sus hermosos dientes. — Oh, se ha ido todo recuerdo de mi piraña. Que tonto fui, al menos si recolectaba su salivación tendría la seguridad de quien es. Maldita sea, ¿Por qué no pensé rápido? — pregunto enojado mientras veo los rostros que no parecen conocidos. Ni siquiera tengo un recuerdo fotográfico de mi mujer, que idiota soy. — ¡Eydran, debes volver a casa! ¡Tu prometida está esperando que se anuncie el compromiso! — grita mi padre usando nuestro canal de comunicación, pero, ese compromiso no me importa porque no es con mi pareja destinada, con mi increíble mujer. — No me importa esa mujer, yo ya conseguí a mi dama, mi Luna y solo con ella voy a comprometerme.