Las personas parecen comprender lo que sucede, porque casi de inmediato, mueven las cortinas y mi jefe retrocede aturdido, como si fuera una sorpresa mi reacción cuando es evidente que se ha pasado con sus intenciones de causarme mi miedo.
— ¡¿Qué está sucediendo?!— Sáqueme de aquí, este hombre…— Señorita, le aconsejo que no empeore las cosas. — me advierte mi jefe.Sabiendo que ya las cosas han empeorado lo suficiente, yo miro angustiada a la mujer que me observa con preocupación, porque aunque el hombre que me acompaña no me amenaza con algo físico y visible, yo estoy temblando.— Señor, le pido por favor me acompañe.— No voy a marcharme si piensan que soy una amenaza para la mujer que traje desmayada.— Tranquilo, no es eso, solo queremos que nos brinde información respecto al ingreso de la mujer qu