Una despedida sabida, pero no deseada. Parte 2
Luego de varios abrazos y una extraña sensación de vacío, Luciano y Almendra salieron de aquella casa.
Luciano comenzó a conducir, sabía que debía llegar a casa, aún le faltaba despedirse de sus hermanos, de su padre y del recién conocido abuelo.
El tiempo era apremiante; con ayuda del espejo retrovisor, pudo ver cómo Paloma y su marido entraban a casa.
Aquella imagen se la quedó muy grabada en la memoria, sonrió y fijó su vista en el camino.
- ¿Estás bien? – preguntó Almendra al ver que su novio estaba muy callado.
- Sí… - dijo el hombre a su lado, el cual tomó su mano y la besó. - ¡Gracias!
- ¿Por?
- Por esto, por insistir en buscarla, por ayudarme a reconciliarme con ella… - dijo Luciano con total sinceridad.
- A mí me hubiera gustado tener hermanos, creo que era lo justo. Tanto tú, como ella, no merecían estar separados por cosas del pasado; al final, ustedes no tuvieron la culpa.
- ¡Lo sé! ¡Créeme que lo sé! - dijo Luciano recordando su oscuro pasado.
- Ya verás que más pronto que