Massimo llegó a Eslovenia, ya lo esperaba el chofer de Pietro, el cual lo llevo a su enorme casa, Massimo se sorprendió al ver aquel majestuoso lugar, pero no emitió algún comentario.
— ¡Espero que tu visita sea breve y no quieras partirme la cara! — Dijo Pietro mientras bajaba las escaleras algo molesto.
— ¡Pietro! Para empezar, no estaría aquí, si tú no hubieras provocado este desastre… — Dijo Massimo arrojándole un maletín en las manos de su hermano.
— ¿Quieres café o un trago?
— Café está bien…
— Vamos al jardín, necesito tomar un poco de aire…
— ¿Qué te sucede? Desde que te llame te escuchas molesto…
Ambos hermanos caminaron por un pasillo que los llevaba a un enorme jardín con pastizales y rosales.
— Celeste…
— ¿Qué sucede con ella?
— Las cosas no van bien, su recuperación ha sido lenta y dolorosa, me duele verla así y luego el colegio, ese, la acaban de despedir, les fue más fácil despedirla que pagar por el tratamiento que ella necesita. — Dijo Pietro molesto y frustrado.
— Pie