Luego del desayuno, en donde Massimo, Luciano y Laura, se miraban a los ojos y solo estaban a la expectativa.
Massimo decidió que hoy pasaría el día con Paolo, quería que salieran a dar una vuelta. Maurizio se quería agregar al viaje, pero Laura y Luciano lo distrajeron.
- Papá, ¿A dónde vamos a ir? - Preguntó Paolo, intrigado.
- ¿Mmm? No tengo idea, pero lo único que quiero es platicar contigo. Hay dos cosas que quisiera que platicáramos.
- ¿Qué cosas? - Volvió a preguntar Paolo sin entender a su padre.
- Bien… La primera y la más importante, ¿Sabes que te amo, verdad?
- ¡Sí, papá! Yo también te amo, pero ¿A qué va todo esto?
- ¡Ah, ya sé! ¡Vamos al mirador…! - Dijo Massimo recordando que aquel lugar es un lugar despejado y que se presta para platicar. - Quiero tener una plática de hombre a hombre contigo. - Dijo Massimo sinceramente.
- ¿De verdad? ¿Por? - Preguntó el chico asombrado.
- ¿Oye, quieres algo de la tienda?
- ¿Una gaseosa?
- Bien, en la primera tienda que veamos bajamos p