Massimo observa con atención a su hijo y no sabe por dónde comenzar, ¿Cómo le dices a tu hijo, que no es tu hijo?
- Paolo… ¿Sabes que te amo, verdad? – Pregunta Massimo con precaución.
- Papá… por segunda vez sí, sí lo sé y yo también te amo mucho, papá, pero ¿Qué es lo que querías contarme?
- Paolo, cómo podrás haberte dado cuenta, tu madre y yo, no fuimos las personas más responsables que hayan existido.
Tu madre cometió errores, yo cometí errores y eso es parte de la vida. Lo importante es enfrentar las consecuencias y seguir adelante.
Cuando te digo que te amo, no lo digo de manera vacía, como cuando quieres caerle bien a una chica, tú eres mi hijo y te amo por el hecho de que eres mi hijo. Te vi nacer, crecer y, aunque no siempre estuve a tu lado, trate de ver cómo crecías.
Massimo tomó una gran bocanada de aire y luego la dejó salir en un largo suspiro. Sintió cómo su estómago se revolvió y supo que no podía retrasar más el momento.
- Paolo, amé de muchas maneras a tu madre, inde