Luego de hacer una escala, Aldo y el resto de la familia tuvieron una despedida que les dejó un amargo sabor de boca. El hombre delante de Paloma la abrazó y besó, prometió regresar con sus hermanos e hijo, él no podría quedarse con ellos de brazos cruzados esperando noticias, ya habían rastreado a los hombres de Franco y él sería quien los interceptaría.
— Aldo mi vida, ¡cuídate mucho! No deberías ir, pero sé que no podrás estar tranquilo, solo pido que te cuides… — Dijo Paloma con los ojos llenos de lágrimas.
— Mi vida, el plan inicial era llevarlos al lugar seguro, pero confío en la gente de Massimo, ellos los pondrán a salvo, yo me sé cuidar solo, no te preocupes, le he dejado un móvil a Paolo para comunicarnos, siempre que pueda lo haré, te prometo que regresaré con ellos, ellos y ustedes son mi familia, tú encárgate de cuidarte y cuidar a nuestro bebe.
Sin más, Aldo se despidió de todos, incluso de la pequeña Adele, luego de ello tomó otro vuelo y fue a un destino desconocido. Mi