Valeria guardaba la ropa en las maletas, por momentos se perdía en el recuerdo o motivo por el que habían venido aquí.
Todo pintaba a que sería fácil y rápido, en cuestión de meses estarían de regreso en México, pero de ello, ya había pasado más de un año.
Las cosas simplemente no habían salido como realmente se habían planeado, los enemigos a vencer no eran los correctos, las personas que realmente habían movido los hilos no eran quienes ellos creían.
No cabía duda de que aquellas cosas del pasado pesaban, pero las cosas del presente pesaban aún más.
El haber encontrado esa paz o ese perdón hacia Massimo era una de ellas, nada justificaba la violencia con la que él la había tratado, nada justificaba los golpes, el abandono, el engaño y todo lo ocurrido.
Ella había llegado a un país extraño hace ya varios años, creyó en el amor a primera vista, si bien no lo fue, si le dejó varias lecciones de vida.
- ¿Mi vida? – se escuchó la voz de Marco.
- ¡Oh! ¿Qué sucede, amor? - dijo Valeria volt