POV: Helena
El silencio del Palazzo Moretti no era paz; era el ruido sordo de los cimientos reparándose. Después de dejar a Franco en el estudio, caminé hacia la suite, sintiendo que mis piernas apenas me sostenían. No por agotamiento físico, sino por la brutalidad de su confesión.
Me necesitaba para rellenar el vacío que dejó la 'muerte' de mi hermana.
La frase resonó en mi mente como una sentencia. Me había tomado por una sombra, una reliquia, una pieza de repuesto en el dolor de su obsesión. Y, sin embargo, en ese momento de desnuda verdad, la rabia que sentía se mezcló con una punzada de alivio. La farsa se había derrumbado. Él no me había amado; me había necesitado. Y esa necesidad, en el retorcido mundo de los Moretti, era más fuerte que el amor.
Me detuve en el umbral de la suite. Las niñas estaban bajo el cuidado de una nueva guardia, tres mujeres de confianza que no harían preguntas.
Elisa dormía, abrazando un peluche de león. Liana, la gemela recuperada, no dormía. Estaba s