─ ¿Me estás ignorando? ─lo seguí hasta su habitación, estuvo en silencio mientras se quitaba los zapatos ─, John, dime algo.
─ ¿Quieres estar para cuando me desnude o prefieres darme espacio? ─no había lascividad en su invitación, solo desprecio y fastidio.
Me paralicé de dolor ante el tono árido que empleó.
Sin duda era nuestra primera discusión, era incómoda, dolorosa; como decía mi padre, para pelear se necesitan dos y anteriormente solo había estado yo.
─Cierra la puerta al salir ─me dio la espalda mientras se quitaba la camisa.
Me quedé con los puños crispados a lado y lado y una lágrima rodando por mi mejilla.
─No llores, por favor ─me pidió, una vez se amarró la toalla a la cintura, no era la primera vez que lo veía con el torso desnudo pero cuando pasaba reproducía sensaciones en mi estómago. Me abrazó y besó en la coronilla ─, no he querido tratarte así pero a veces, a veces no sabes cerrar conversaciones.
─Solo quería saber si tu concepción sobre mí había cambiado, si despué