Capítulo 46. Redención
Darren observaba la ciudad desde la ventana de su oficina en el piso cuarenta. El horizonte era limpio, claro, como si reflejara su nueva realidad. Había cumplido su cometido: la familia Dalbus estaba en ruinas. El escarnio público, el despojo de bienes, las acusaciones y demandas. Todo estaba ocurriendo como lo había planeado. Daniel Dalbus en coma era ganancia extra, para él seria mejor que estuviera muerto, y Silvia arrastrada por la vergüenza, William convertido en un lastre torpe, y Leiah... Leiah destrozada. No había razón para sentirse culpable. No después de todo lo que su familia le había hecho a la suya. Se suponía que debía estar satisfecho.
Y lo estaba. En parte.
Pero entonces aparecía su rostro en su mente. Leiah. Orgullosa, herida, confundida. Recordaba su mirada al enfrentarlo, sus palabras afiladas por la rabia. Y eso lo desestabilizaba. No debía pensar en ella. No debía preocuparse por alguien que fue parte del enemigo, aunque fuera sin saberlo. Pero lo hacía. La odia