16. ¿Qué es un rey para una mafia?
Fausto.
Guadalajara; Jalisco.
—¡Claro que puedo mandar a quemar todo lo que yo quiera!—cruce los brazos en mi silla giratoria y me aclare la garganta mientras escuchaba los reclamos de la mujer de cabellos rubios claros.
Reprimí un bostezo. En cambio le di otro trago a mi café mientras Carlota seguía parloteando como cacatua.
No había podido descansar mucho después de la fiesta con Vladimir y el "Árabe" para mantenerlos contentos por el suceso de Playa del Carmen.
Cesar ya se había hecho cargo de la entera situación y ahora uno de mis mayores trabajos era mantener a mi lado al legendario Abdel Habib. Mi principal vendedor de armas del oriente.
Y para tenerlo contento no podía tener gente estúpida intentando hacer atentados contra mis aliados.
El cartel del infierno se había vuelto mi principal problema en los últimos dos años y no solo a nivel nacional.
Mi mente divago en mis situaciones ajena totalmente a Carlota. De todos modos no era como si lo que ella estuvie