Otro que andaba apesadumbrado y pensativo era Michael. En su juventud, había sentido una atracción profunda por Mary. Solían estar juntos para todo, y ella también le demostraba que sentía lo mismo. Nunca imaginó que la obsesión de su padrino Carlos hacia ella le hubiera causado tanto daño. Tampoco se imaginaba que Isabel y Junior fueran sus hijos.
Por su bien y por el bien de Mary, debía olvidar todo lo ocurrido. Nadie podía saber lo que alguna vez sintió por ella. Además, ahora estaba sintiendo algo real y profundo por Isabel. Era el momento de cambiar, de hacer las cosas bien, por su bien… y por el bien de todos.
Amaba con el alma a Isabel, pero el rencor y las constantes peleas con Pedro lo estaban alejando de ella. Necesitaba pedir perdón, enmendar sus errores y demostrar que su amor era sincero. Todavía estaba a tiempo. Podía remediar el daño que había causado.
Aún había alguien que no aparecía: Rafaela Martín, la mujer que había criado a Isabel. Michael sabía que ella le hacía f