Alfa King corrió con gran fuerza con Rosseta en su espalda hasta llegar a la tienda.
La dejó en el suelo y terminó por convertirse en humano. Al tener su forma caminó hasta donde ella y la tomó del mentón al mismo tiempo que clavaba sus ojos fríos y oscuros con los de ella.
- No vas a ningún lado. - gruñó. - aunque hayas ganado la batalla, tu lugar es este. Como enfermera y próximamente como mi acompañante.
Rosseta hundió su mirada con la de él, entendiendo a la perfección sus palabras.
- ¡Nunca! - gritó y se soltó de su agarre. - yo ya tengo un acompañante y no lo es usted. Mi corazón tiene dueño y lo tendrá para siempre.
- ¿Quién es?
- No le interesa.
- Me enfrentaré con él para tenerte a mi lado.
- Jamás va a lograrlo.
Alfa King sonrió dejando ver sus colmillos por aquel comentario inapropiado.
- Voy a destruirlo. - habló como si se tratase de un mandamiento. - Rosseta ahora perteneces a la tribu, escapar es imposible. - ató sus manos a un barandal y se dispuso a caminar para dej