Confesiones y verdades (2da. Parte)
Unos días más
New York
Lance
Después de hablar con Karina y contarle mi pasado, sentí un peso enorme levantarse de mis hombros. Cada palabra que pronuncié aquella noche quedó grabada en mi memoria, y aunque su abrazo y sus palabras de amor me reconfortaron, sabía que la confianza se gana día a día. No podía permitirme perderla ni un segundo más.
Para sumarle, el tiempo que le pedí a mi madre para permanecer en New York ya se venció, entonces mientras conducía hacia su casa, corazón me latía con fuerza; no solo por la conversación que me esperaba, sino por todo lo que representaba: decisiones sobre la empresa, mi futuro y la manera de enfrentar mi historia pasada sin que afectara a quienes amo.
Y ahora mis manos se me tensan sobre el volante, y mi respiración se vuelve un poco más rápida mientras repaso mentalmente cómo iniciar la charla.
Finalmente reduzco la velocidad del auto, estaciono y sin más preámbulos avanzo a la puerta. Toco el timbre y la empleada me saluda con una sonrisa co