Dos semanas después
Nueva York
Cristina
Han pasado días difíciles, pero al fin la empresa parece estabilizarse. Entre balances y reuniones, lo único que me mantiene cuerda es la investigación de Michael sobre el accidente de mi hermano, aunque todavía no hay respuestas.
Esta tarde, Amanda me visita en casa. Llega con ese brillo en los ojos que anuncia que trae algo grande.
—Cristina, tengo noticias sobre Estela Moore, la amiga de Yang Ling —dice mientras deja su bolso sobre el sofá—. No soy fan de las redes, lo sabes, pero me dio curiosidad. La busqué, le envié una solicitud y aceptó. Hablamos un poco, cosas triviales, pero mañana tengo una cita con ella. ¿Vienes conmigo?
—Por supuesto —respondo sin pensarlo—. ¿Dónde la verás?
—En Montreal, en un restaurante del centro. Así que ve preparando la maleta.
—Perfecto. Ojalá podamos averiguar la verdad sobre el hijo de Yang.
—Créeme, Estela lo sabe —dice con esa seguridad que me pone nerviosa—. Pero eso no es todo. Me enteré de que Michael d