Capítulo Treinta y cuatro.
Los señores Jonhson estaban encantados de la vida con el pequeño Adrián Jr. ese pequeño pedazo que su hijo había dejado para actuar quizás, como su reemplazo, y es que los señores Johnson tenían un amor sumamente posesivo sobre su hijo, tanto así, que el problema nunca fue Sofía, el problema que esta pareja tenía, era que veían a cualquier mujer que se acercara a Adrián, como un estorbo en su relación, tanto es así que a lo largo de su juventud, Adrián había perdido varias parejas sentimentales, hasta que finalmente llegó Sofía, y Adrián creyó que el amor de la rubia por él, era tanto que estaba dispuesta a soportar la intromisión de sus padres, como así también su maltrato, aunque luego con el correr del tiempo, Adrián comprendió que el comportamiento tan sumiso de Sofía se debía al trato que la propia familia Anderson le había dado a la joven, entonces, dedujo que eso no debía de cambiar, en su lugar le hizo creer a Sofía que la forma en que sus padres la trataban era lo que se espe