Capítulo 16. Una noche para recordar
Isabel
Me miré en el espejo, y por primera vez en mucho tiempo, no me reconocí del todo. Me había puesto un vestido rojo, de esos que te hacen sentir invencible, con un escote que insinuaba más que mostraba, y la falda se movía con una libertad coqueta. Había optado por tacones altos, sintiendo el clic-clac resonar con confianza en el mármol del recibidor. No era solo la ropa; era la expectativa. La cita con Liam no era una cena de trabajo, no era un rescate de emergencia. Era, por fin, una cita. Y la emoción me vibraba en las venas. Mi respiración se aceleraba solo con pensar en lo que podría pasar esta noche.
La hora se acercaba y me sentía como una adolescente, revisando mi teléfono cada dos minutos. ¿Qué se supone que hace una mujer de veinticinco años cuando se siente así de nerviosa? Me reí de mí misma. Liam me había desarmado, y lo peor (o lo mejor) es que lo hacía sin siquiera intentarlo. Su sencillez en la hamburguesería, su apoyo incondicional, la honestidad en su mirada...