El eco del disparo aún resonaba en el esqueleto de la construcción abandonada, un silencio ensordecedor y tenso que se había apoderado del aire. El cuerpo de Isabella, atado a la silla, colgaba inerte. La sangre fresca formaba un charco oscuro en el suelo de concreto. Vance no se había movido, sus ojos fijos en el espantoso espectáculo, su mente luchando por procesar el acto brutal que acababa de presenciar.
Anastasia, por su parte, se movió con una frialdad impasible, como si la muerte de Isabella fuera un simple trámite. Dejó el arma en la mesa de metal con un golpe seco y miró a Vance, el vacío en su mirada era más aterrador que la violencia de la que acababa de ser testigo. No era la primera vez que veía un muerto, mató a un hombre en el rescate de Isabella, pero hacerlo en un ataque de adrenalina no era igual a hacerlo estando normal.
Vance le había preguntado por Rebecca y Anastasia le había dicho que no molestaría más, y después de ver como eliminó a Isabella, supuso que la hab