Capítulo 99 – Las Valijas del Dolor
La noche había caído sobre la ciudad como un manto espeso.
Las luces de los autos pasaban rápidas en la calle, indiferentes al dolor que estallaba dentro del pecho de Nicolás Martínez.
Condujo como un autómata hasta el apartamento que compartía con Anahir.
Cada kilómetro era un latido más violento, una súplica muda:
"Que no me haya dejado. Que no me haya dejado. Que no me haya dejado."
Pero cuando abrió la puerta…
El mundo volvió a quebrarse.
Allí, en medio de la sala, estaban sus valijas.
Dos grandes. Una de mano.
Todo perfectamente doblado, cada recuerdo, cada pedazo de vida.
Cada camisa, cada ropa de trabajo, cada zapato que ella le insistía en ordenar en el placard.
Todo, empaquetado como un cierre definitivo.
Nicolás avanzó dos pasos, el eco de sus botas resonando en el vacío.
Y entonces la vio.
Sobre la valija principal, descansando como un testigo cruel:
el contrato matrimonial.
La hoja que una vez firmaron en un impulso desesperado, ahora lu