03:47 hs. — PERSPECTIVA: Damián.
La noche estaba sorpresivamente tranquila. Ni un alma por la calle, ni rastro de nubes que pudieran provocar alguna alteración meteorológica durante el camino, ni ruidos molestos que hicieran las veces de agravantes para mi ya pronunciado dolor de cabeza. Todo estaba en su lugar, y resultaba agradable caminar así por el barrio donde vivía mi querido amigo Cristian. Bueno, amigo o ex amigo, porque todavía no sabía en qué estado había quedado nuestra relación después de los últimos acontecimientos en su casa.
A esa altura lo único que tenía claro era que no tenía nada claro.
Desganado, a pesar de todo lo bonita que estaba la calle, saqué el móvil del bolsillo y volví a revisar aquel mensaje de texto. "Calle Comandante Chacho Nº3" era la dirección a la que tenía que ir. Me detuve en una esquina y miré hacia arriba, concretamente a una placa de hierro que decoraba el saliente de una casa. La calle concordaba, y para que la altura también lo hiciera sólo ne