Entre copa y copa...
20:10 hs. - Salomé.
—¿Salomé? ¿Se puede?
—¿Qué quieres?
—¡Epa! Voy a entrar... ¿Qué te pasó?
—Tú mejor que ni te acerques a mí... que no me olvido lo que me hiciste antes.
—¿Lo del beso? Pero si fuiste vos la que me preguntaste cómo tenías que hacer para entrarle...
—¡No te sientes en mi cama! ¡Vete de aquí!
—¡Eh! Calmate, viejo. ¿Qué carajo pasó?
—No te importa... ¡Y no me toques!
—Shh... Vení para acá, dejá que te abrace...
—No quiero que me abraces... Quiero dormirme y no despertarme más...
—Shh... Tranquilizate... Contame lo que pasó...
—Suéltame...
Pero finalmente terminé contándoselo. Estaba demasiado triste como para permitirme rechazar una muestra de afecto, por más que proviniera del único tipo que no tenía ganas de ver en ese momento.
—¿Sabés por qué pasó eso? —dijo todavía abrazado a mí—. Porque para él es algo normal.
—¿A qué te refieres?
—A él no le importa una mierda si llegás al orgasmo o no porque nunca te mostraste disconforme.
—Pero...
—Decime una cosa, ¿qué hacés no