- 23:25 hs. - Damián.
—¡Bueno! ¡Paramos un rato, gandules! ¡En una hora los quiero ver currando de nuevo!
A todos los que estábamos ahí nos tomó por sorpresa el anuncio de Santiago. No llevábamos ni cuatro horas trabajando y ya nos había dado el primer descanso, cosa poco común en él. Pero bueno, no iba a ser yo el que preguntara el motivo, y seguramente tampoco ninguno de mis compañeros.
—¿Vamos a la cafetería? —me preguntó Lau con una sonrisa. Eché un vistazo a la puerta de la oficina y vi que el mismo grupito del día anterior nos estaba esperando.
—¿Jéssica también? Ayer no lo pasó muy bien que digamos —le recordé mientras observaba a la chica nueva.
—Alejandra y yo la convencimos. Es mejor que dejarla aquí solita...
—Está bien. Vamos —respondí finalmente.
Nos reunimos con los demás y nos dirigimos hacia la cafetería. Cabe destacar que Lau y yo trabajábamos en una zona de la oficina y los demás del equipo en otra, por eso no salíamos todos al mismo tiempo en los descansos.
—Qué rar