22:40 hs. — PERSPECTIVA: Damián.
—...por lo tanto, se podría decir que Ceci anoche me salvó la vida.
Y se hizo un silencio sepulcral en el salón. Las tres de en frente me miraban como si estuviesen escuchando un relato de terror, o de suspense, o una tragedia. Cecilia, por su parte, seguía apoyada en mi pecho y en ningún momento me soltó la mano. Fueron treinta largos minutos en los que no me guardé nada. Bueno, obvié muchas de las partes con Clara y todo lo que involucraba a Laura, pero digamos que eso no venía a cuento. Y me sorprendió el hecho de poderlo contar sin complejos, sin miedos, valiente y sin titubear en ningún momento. Y, a diferencia de cuando se lo conté a Lu, o a mis amigos, esta vez me sentí bien al hacerlo. Fue como un gran alivio, como sacarme un gran peso de encima.
Y ahora sólo me quedaba aguantar un último chaparrón. Aunque antes, Tere y Lin se levantaron del sofá para darme un abrazo.
—Joder, Damián —dijo primero Lin, que no dejaba de llorar—. Debes de haber pa