Me levanto mareada. La sensación de pesadez en mi cabeza aún sigue. Me acomodo entre las almohadas solo para ver en un punto de la habitación a Valentino conversar con un hombre.
—He tomado unas muestras de sangre para realizar algunos exámenes de rutina, pero a juzgar por mi revisión de rutina, no descarto de que se trate de un indicio de anemia severo. Cuide de ella, en cuanto tenga los resultados se los haré llegar vía email —le dice.
—Gracias doctor, estaré mas al pendiente de su estado de salud —responde él.
Ambos se despiden, valentino se encamina hasta donde me encuentro. Mantiene la distancia conmigo y finalmente habla.
—Me he llevado un buen susto —suspira—. Asi que he llamado a un médico de la familia para que te atendiese mientras estabas inconsciente.
—No hacía falta —respondo.
—Hazel entiendo que ahora me quieras lejos, me lo merezco. Cada una de esas cosas que me dijiste han resultado ciertas —responde cabizbajo—. Sin embargo tu salud es algo que me importa.
—Gracias por