Gracia
—Vuelve a casa conmigo, Gracia. Vuelve y te compensaré por todo —susurró, con los ojos llenos de anhelo y súplica.
Por un segundo, mi corazón dejó de latir. Mis ojos escudriñaron su mirada, ahora gentil y enfocada solo en mí.
¿No era eso lo que siempre había querido? ¿Que Esteban apartara a Lucía y por una vez me buscara a mí?, pensé.
Entonces, solté una carcajada. —¿Te has vuelto sordo además de idiota, Esteban? ¿Escuchaste lo que dije? ¿Te escuchas a ti mismo ahora? ¿Volver a casa? ¿Qué casa?
—Gracia... —dio un paso más hacia mí.
—Déjame en paz —susurré, interrumpiéndolo—. Y firma los papeles, Esteban. No quiero tener nada que ver contigo. Además, ya conseguiste lo que querías de mí, ¿verdad? Te quedaste con la herencia de mi abuela y obtuviste el control de la Corporación Navarro. Ahora eres imparable.
—¡No! —Esteban apretó más fuerte mi brazo—. ¡No quiero nada de ti! Solo ven a casa, ¿está bien? Te lo devolveré todo. Te daré lo que sea. Olvidaré que me engañaste y te permiti