Relata Ava:
Tenía que celebrar, ¿Quién no se sentiría gozoso y satisfecho con semejante logro?. El desfile, en definitiva, fue un éxito y lo que creí que sería mi desgracia, la caída, terminó siendo mi fortuna.
Los días siguientes, estuve muy ocupada junto a Alex, dando ruedas de prensa, en presentaciones y juntas, así que el siguiente fin de semana me tocaba una noche de descanso.
Me fui a un bar, y que mejor lugar que aquel dónde conocí a Alex, desde ese día mi vida había cambiado para mejorar en todos los aspectos, me sentía plena y feliz, así que, le debía a ese lugar, el volver para visitarlo.
Tomé asiento en la barra, pues esta vez no venía con mis amigas, pedí una copa y me la fui tomando lentamente, saboreando cada trago, escuchando la música, observando los movimientos del barman, concentrándome.
Escuché como el banco que estaba a mi lado era movido para ser ocupado, sin embargo, no me moleste en voltear. Escuché a un hombre pedir un par de tragos al barman.
— ¿Le moles