—Quieres un abrazo —agregó Raquel.
Esa frase deja a Hugo sorprendido. Voltea a ver a la rubia que tiene al lado. Dándose cuenta de que tiene los brazos abiertos como si estuviera esperando que él le hiciera caso. Acompañado de una sonrisa. Que a él le parece bastante incómodo.
—Qué considerada, pero me temo que no —se niega Hugo de una manera amable. No quiere ser grosero y que esta mujer le haga una escena. Sabe que eso sería un problema.
—Porque sí ambos lo necesitamos. —Protesto, Raquel.
—Señorita Olmos, me temo que eso no se va a poder. —Hugo se niega a hacer lo que ella le está sugiriendo.
—¿Por qué? —preguntó Raquel, inconforme por esa respuesta y a la vez un poco molesta. Pero intenta ocultar su inconformidad para no quedar mal frente a él.
—Porque usted es una mujer comprometida con el señor Hades Lara, el dueño de la disquera LARA Récords, que es mi jefe, y no creo que sea bueno que a usted la vean abrazando a otro hombre que no sea su prometido. Todos empezarán a