Hades empieza a abrir los ojos. Su visión se torna un poco borrosa. Da unos cuantos parpadeos intentando aclarar su vista. Hasta que por fin lo logra.
Ve hacia el techo que es de color naranja, lo que le resulta bastante extraño. Comienza a sentir en sus extremidades un líquido. Acompañado de un movimiento extraño. Lo que lo asusta. Y levanta la parte superior de su cuerpo muy bruscamente.
Una oleada de dolor invade su cabeza. Causándole que de nuevo la vista se le torne opaca, lo que provoca que tenga que cerrar los ojos y bajar un poco la cabeza.
—¡Uy! —expresó Hades haciendo una mueca de dolor. Llevándose la mano hacia la cabeza.
—Hasta que por fin despiertas. Creí que te quedarías en ese estado para siempre. Rogaba porque así fuera. Aunque sé que no tengo tanta suerte para que eso pase —expresó Kayla con cierto malestar en su voz.
Hades levanta la vista. Voltea hacia donde proviene esa voz que le resulta tan familiar, encontrándose con Kayla sentada a un lado de la