Al caer la noche, mientras algunos dormían y otros gozaban de las diversiones que les brindaba el crucero. Una enorme tormenta se produjo tan rápido, envolviendo el crucero en una horrible tormenta acompañada de lluvia, relámpagos y centellas.
Las gigantescas olas azotaban el crucero. Subiendo y mojando toda la cubierta. Y lo mueven con movimientos erráticos. Provocado que muchas cosas en su interior cayeran y otras se rompieran en pedazos.
Mientras tanto, en la habitación que comparten Kayla y Hugo, ambos despiertan asustados debido a los ajetreos.
—¿Qué ocurre? —preguntó Kayla, aferrándose al cuerpo de su novio.
—Por todo este movimiento deduzco que estamos en una tormenta —responde Hugo, consolando a Kayla. Mientras ambos siguen viendo los movimientos bruscos de su camarote. Y como las cosas caen en todas direcciones. Viendo los relámpagos a través de la ventana. Iluminando el interior del camarote. —Iré a hablar con el capitán para ver si puedo ayudarle en algo.
—Cariño,